El Castillo de Suarelly

Esta misión estaba durando demasiado, no me puedo permitir cometer otro error como el sucedido en la ciudad de Elcid.- Pensó Maxim- Era consciente de que si su objetivo se volvía a escapar, tardaría semanas en volver a estar tan cerca de el como lo esta ahora.-No puedo permitirme mas fallos- Dijo en voz alta-. Y seguidamente
Maxim empezó a descender de la colina rocosa desde la cual atisbaba el siniestro castillo donde en teoría estaba refugiado su objetivo -¿Por qué demonios ha venido hasta aquí?. Existiendo millones de sitios mejores que este.- A Maxim le importaba bien poco los motivos de su presa, la cuestión era acabar con la misión cuanto antes.

Durante el descenso el mercenario iba analizando el paisaje. Solo había un adjetivo posible para describir aquel paraje, Siniestro. Era un páramo totalmente yermo, la vegetación existente, si se podía llamar vegetación, Estaba totalmente marchita y sin vida. Y en medio de aquel paraje, como si hubiera aparecido de la nada se erigía un enorme castillo con innumerables torres y construido con mármol negro.-Ese color hace juego con el paisaje- Dijo Maxim a la vez que soltaba una leve risita.

Cuanto mas descendía Maxim se iba dando cada vez mas cuenta que aquel castillo era colosal, pero su tamaño no era lo que le inquietaba, le inquietaba la información que había recibido sobre aquel lugar. Los lugareños le habían contado que aquel lugar estaba dominado por un extraño ser, que una vez al año salía de su castillo a lomos de un diabólico corcel negro y recorría toda la región en busca de mujeres Vírgenes para llevarlas al castillo. Aquella información no le hacia ninguna gracia a Maxim, porque no comprendía el motivo de que su presa hubiera llegado a tan pintoresco lugar. Además le hacia menos gracia enfrentarse a un maniaco sexual.

Maxin llego al único camino que llevaba al castillo, parece ser que hacía mucho tiempo nadie había transitado por el. Mientras caminaba el mercenario intentaba trazar un plan en su cabeza pero de nada sirvió, Solo había un Acceso y los muros eran inexpugnables para poder intentar una escalada. No le quedaba otra que entrar por la puerta grande. Cosa que no le desagradaba demasiado, a decir verdad, le parecía divertido.- Así será mas espectacular mi entrada-.


Maxim llego a la puerta, pero no estaba atrancada ni nada por el estilo, es mas, estaba medio abierta..-Que extraño, nadie viene a darme la bienvenida, que descorteses- dijo en voz alta. Aquella carencia de un comité de bienvenida no era indicativo de que el castillo estuviese abandonado , es mas, sabía que no lo estaba. Por que de su interior emanaba una escalofriante presencia que había notado desde hacía rato.

A sabiendas de que todo esto tenía todo los ingredientes básicos de una emboscada en toda regla empujo el portón y paso el umbral.

-Que comience el juego-.

Todo estaba oscuro, los ojos de Maxim no estaba todavía acostumbrados a la repentina oscuridad que reinaba en aquel lugar. Segundos después pudo percibir que estaba en el interior de una gran sucia sala en la cual había dos enormes escaleras que subían al piso superior ( http://vivirmexico.com/wp-content/uploads/2007/12/escaleras.jpg) y en medio de ambas había otra que descendía a los niveles inferiores. Toda aquella estancia estaba repleta de estatuas y esculturas de mujeres, pero tenia una característica en común todas ellas, a todas les faltaban alguna extremidad.

Avanzo sigilosamente por aquel vestíbulo y se percato de un curioso detalle. Donde empezaban las dos escaleras que llevaban al piso superior, había un cuadro de un joven
Pero el trozo de lienzo que correspondía a la cara del joven había sido arrancada.
( http://www.fuenterrebollo.com/Heraldica-Piedra/Madrid/Palacio-Real/int-2.jpg )

-¿Hacia arriba o hacia abajo?.-Pensó Maxim, después de unos instantes indeciso, decidió bajar a los niveles inferiores.
-Cuesta menos bajar que subir-. Dijo con una leve risita.
Antes de iniciar el descenso cogió su mochila y la abrió, cogió en primer lugar munición para su ballesta de mano. Pero no era una ballesta cualquiera era un arma bastante singular con la cual podía disparar virotes sin necesidad utilizar ambas manos simplemente apuntando con su brazo izquierdo. Después saco una pequeña piedra de cuarzo, la cual tenia una pequeña cadena de plata y que con ella se la colgó al cinto y seguidamente susurro una palabra arcana que provoco que la pequeña piedra empezara a irradiar una débil luz, pero lo suficiente para poder andar con seguridad.

-No se como me lo monto pero siempre acabo en lugares nada agradables- dijo Maxim indignado a la vez que recordaba aquella vez que había tenido que rescatar a un estupido Mercader que había sido secuestrado por una tribu de Amazonas y que lo habían convertirlo en su “juguete” por haber estafado a su pueblo. Pero cuando llego a rescatarle se percato que el cautivo estaba disfrutando sobremanera de aquella situación y no deseaba marcharse. Pero finalmente y con gran esfuerzo consiguió llevarle junto a su fornida y poco agraciada esposa.

Era un oscuro y largo pasillo que se iba adentrando cada vez mas en las entrañas del castillo, cuanto mas avanzada Maxim por el siniestro corredor la humedad iba aumentado cada vez mas. El constante goteo provenientes del techo provocaban que la inseguridad de Maxim fuera aumentando a cada paso que daba. Al cabo de unos doscientos metros Maxim llego a una gran puerta de metal cuya superficie parecía estar oxidada por los años y por la humedad que reinaba en aquel lugar. Pero al analizar con más detenimiento aquella puerta Maxim se dio cuenta de que aquella puerta no estaba oxidada, lo que recubría en realidad era… sangre.
Maxim examino mas la puerta y percibió cerca del pomo cinco hendiduras lo mas probable es que fueran producto de algún intento desesperado por aferrarse a la puerta, pero sin éxito.


Maxim consternado por aquella estampa siniestra opta por desenfundar su mandoble que cuelga de su espalda y con la mano izquierda abre suavemente la gran puerta la cual emite un chirrido tan agudo que helaría los huesos a cualquier mortal.

Aquella puerta conducía a una enorme caverna la cual tenia un pequeño estanque de aguas oscuras justo en el centro de la misma. En el fondo de la caverna, como en el vestíbulo de la entrada también había estatuas de mujeres y al igual que las anteriores todas ellas estaban mutiladas pero en el medio de todas ellas, se alzaba un trono negro que en su cabecera estaba grabado unos símbolos que jamás había visto.

Maxim analizo en el entorno en busca de algo o alguien que se pudiera esconder entre las sombras, no vio nada sospechoso, entonces, con suma cautela se fue encaminando hacia el estanque de oscuras aguas para comprobar que no había nada sumergido en aquel lugar. Al acercarse a aquella charca percibió un olor nauseabundo que emanaba de aquel lugar, se inclino, en un principio no se veía absolutamente nada en aquellas aguas pero al cabo de unos instantes algo empezó a brillar en el fondo. Maxim utilizo su piedra luminosa de cuarzo para intentar ver el fondo. Al final lo consiguió

Las luces que se veían en el fondo eran el brillo de los colgantes, pendientes que llevaban puestos cientos de mujeres que yacían desmembradas en el fondo del estanque.
.-Que demonios-.Dijo Maxim a la vez que retrocedía de aquel siniestro lago en un intento de reprimir su arcadas producidas por semejante escena.

La puerta se abre.

Bienvenido.-Dijo una voz mujer. Maxim no pudo distinguir nada mas de aquella persona porque estaba completamente oculta por la capucha de su túnica grisácea.-El amo te esta esperando.-Prosiguió la joven. –¿Quien eres? ¿ Que demonios ha pasado aquí?.- Pregunto tajantemente Maxim mientras sujetaba con ambas manos su mandoble
-El amo ya esta aquí…- Contesto la misteriosa desconocida fría y pausadamente. Y el portón se volvió a abrir http://xarleen.files.wordpress.com/2007/07/puerta.jpg


¡No puedes imaginarte la de molestias y riesgos que me he tomado para guiarte hasta aquí! Y acto seguido apareció un hombre, Era bastante mas alto que Maxim, era muy corpulento pero su rostro estaba totalmente desfigurado.
-.Bonita cara.- Dijo Maxim jocosamente.
-Tengo asuntos muy importantes que atender, pero por lo que he visto en este antro, vas a tener el placer de que te mande al otro mundo.- le dijo al recién llegado a la vez que le señalaba con su espada.

-.Pobre ignorante.-Contesto el desconocido con arrogancia-.Me presentaré.- Prosiguió-.Soy Suarelly amo y señor del castillo y como has podido comprobar este es mi pequeño “museo”.-
-Donde esta el Hombre lobo.- Inquirió Maxim
-Ese sucio perro ya se ha marchado, pero no obstante ha hecho bien su trabajo.- Se burló Suarelly, con la esperaza de que la cólera distrajera a su enemigo.
Maxim sujeto con firmeza el mandoble con ambas manos y atacó y Suarelly la apartó su sable, mientras contraatacaba con su daga.
El Mercenario esquivo el peligro y,tras dar un vuelta completa sí mismo, embistió con el mandoble. Suarelly logró detener el arma con su sable, y las dos hojas quedaron entrelazadas. Ambos luchadores tuvieron que acercrse para mantener el pulso.
-Me gusta ver el rostro de las mujeres cuando el frío acero corta su garganta.- Se rió el noble con arrogancia.
Maxim no parpadeó. En aquel momento todo era ajeno a su pensamiento. Su único centro de antención era Suarelly .
El noble continuo presionándolo.
Maxim empujó de repente con fuerza, lanzando a Suarelly hacia atrás. El noble aceptó complacido ese cambio de posiciones, parfa poder preeguir la lucha desde una mayor distancia; Pero, de pronto, su pie se metió en un hueco lleno de lodo y tuvo que apoyar una rodilla en el suelo.
Maxim se acerco a él como un relámpago , con el mandoble listo para el ataque. Pero Suarelly movía ambas manos con la misma rapidez, y a daga y el sable empezaron a danzar en el aire para esquivar y detener los golpes. Su cabeza y sus hombros se movía de forma salvaje y de improviso, consiguió sacar el pie.
Maxim comprendió que había perdido la ventaja y, lo que era lo peor, el noble lo había dejado muy cerca del muro. Mientras Suarelly empezaba a levantarse, Maxim dio un salto hacia atrás.
-¿Así de fácil?- Pregunto el noble mientras emprendía un nuevo asalto.

-¿Así de fácil?- Pregunto el noble mientras emprendía un nuevo asalto.-¿Sabes la cantidad de gente que espera con ansia tu muerte?
-Si te soy sincero, me lo dicen muy a menudo.-Fue la respuesta de Maxim.- Para mi eres un loco mas, asesino. No pretendo en conocer tu motivos, ni tengo el más mínimo interés en conocerlos.
-¿Mis motivos?- Balbució Suarelly.- Soy un Noble.-Sotuvo su sable y la daga frente a el.- Eres un esclavo al cual han mandado ha hacer el trabajo sucio.- lo interrumpió Maxim.-

Empezó a avanzar hacia el noble, con una mueca de seguridad en el rostro al comprender lo que tenía que hacer.
Suarelly se acercó con el mismo convencimiento.
-Ven a morir-Espetó
Suarelly se dispuso a hacer el ultimo ataque. Embistió con el sable en posición horizontal, buscando el cuello de Maxim, mientras con la daga atacaba desde abajo. Era un movimiento arriesgado y, si el asesino no hubiera sido tan experto con sus armas, Maxim habría podido hallar un hueco en sus defensas y clavar la espada en el corazón de Suarelly. Sin embargo, el Mercenario se limito a parar el golpe, alzando la daga para detener el ataque.
Suarelly embistió una y otra vez con aquellos ataques dobles, pero Maxim los esquivaba todos, y, cuando finalmente el asesino se vio obligado a retroceder. El Mecercenario no tenía más que un pequeño y simple rasguño en el hombro.
-¡La primera sangre que se ha vertido es la tuya!-gruño Suarelly, mientras deslizaba un dedo por la hoja del sable, para mostrar al mercenario que estaba teñida de rojo.
-Pero la ultima es la que cuenta, guapito de cara.- replico Maxim mientras arremetía con el espadín. Los aceros atacaban al asesino desde unos ángulos imposibles; una dirigida al hombro, la otra en busca de un hueco por debajo de las costillas.
Pero Suarelly al igual que Maxim, desbarataba los ataques esquivandolos a la perfección.